En Argentina, hoy celebramos el día del amigo. A todos los fieles seguidores de mi blog les deseo 365 días al año de felicidad.
viernes, 20 de julio de 2012
jueves, 19 de julio de 2012
La RAE apuesta fuerte a la tecnología
La RAE convierte a su diccionario en una app
19/07/2012 Raquel C. Pico

La app, desarrollada por Planeta, la misma editorial que saca el diccionario, es de descarga gratuita e incorpora todas las entradas del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), las mismas que ya se pueden consultar en la red. Aunque la app ha sido presentada hoy vía comunicado a los medios, ya se podía descargar de la Play Store y de iTunes por lo que la RAE puede ya ofrecer medias de descargas diarias. La aplicación se está descargando unas 3.000 veces cada día, aunque las cifras podrían ser muy superiores si tiene tanto éxito como la versión en red. El diccionario online de la RAE registró 65.646.472 de búsquedas en mayo de 2012, según datos del organismo, lo que supone una media diaria de 2.117.628 consultas.
La aplicación tiene un diseño muy sencillo y un modo de uso también muy simple. Únicamente se introduce el término en la caja de búsquedas y la app carga todas las acepciones que esa palabra tiene en el DRAE. El usuario puede modificar los parámetros de búsqueda, para que esta sea escalonada, por lemas y formas, sin acentos diéresis ni mayúsculas o aproximada.

Aunque por el momento sólo está disponible para Android e iOS, la Real Academia espera sacar versiones para otros sistemas operativos en el futuro.
Ficha de DRAE
Desarrollador: Planeta para la RAEPlataforma: Android, iOS
Categoría: Referencia
Precio: Gratis
Tamaño: 0,3 MB
Descarga: Android, iOS
Fuente: www.ticbeat.com
Enlace: http://www.ticbeat.com/apps/rae-diccionario-app-drae/
martes, 10 de julio de 2012
Traductores: el futuro de una profesión que exige el trabajo humano responsable
La polémica está abierta. A propósito de un artículo del New York Times reproducido por Revista Ñ sobre Duolingo, un proyecto para la traducción de Internet, el Colegio de traductores públicos de la Ciudad de Buenos Aires hace su descargo.
POR Beatriz Rodríguez - presidenta del Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires
En los últimos meses, muchos diarios y revistas de renombre se
están haciendo eco de un mensaje errado hacia la sociedad: las máquinas
reemplazarán a los profesionales de la traducción. Si bien es evidente,
por muchísimos factores, que este mensaje está totalmente equivocado,
no hace mucho hemos leído, además, por parte de un futurista, que la profesión que dicen «desaparecerá» en diez años es la del traductor público.
El traductor público es un profesional universitario según lo define exactamente la ley 12.997 de 28.XI.61 en su artículo 28. Ejerce una profesión liberal, siendo depositario de fe pública y su actividad es de naturaleza eminentemente intelectual. El ejercicio de su profesión abarca un vastísimo espectro en el marco del conocimiento, lo que presupone una constante puesta al día, en la medida en que se aplica incesantemente el ámbito de la ciencia y la técnica, exigiéndole una total pericia idiomática. Esto se debe a que el dominio de los idiomas en que actúa es necesario para el desempeño de su profesión (intermediario entre pueblos y culturas) y descansa sobre el traductor publico, sobre su responsabilidad y ética, una parte preponderante del correcto desarrollo de las relaciones con el extranjero, en todos sus aspectos: el jurídico, el cívico, el social, el cultural, el científico y el comercial. En el plano oficial, es preceptiva de nuestro país su intervención para el diligenciamiento de toda documentación proveniente del extranjero, que se presente ante los organismos del Estado para su tramitación así como toda documentación emanada de organismos uruguayos que deba presentarse oficialmente en el exterior.
No obstante, la realidad en que transcurre nuestra vida en los tiempos actuales nos exhibe constantemente una serie de cambios y también una complejidad de las cosas, mayor que en otras épocas. Esto es indudable.
La perentoriedad de los reclamos, de los servicios y de las soluciones nos hace parecer que las profesiones universitarias han disminuido en la consideración del colectivo social pues se duda de su eficacia, no poseen el prestigio del que gozaban décadas atrás y, por distintas causas, notorias y palpables, su gravitación sobre la comunidad se ha debilitado. Pero esta situación actual no es un callejón sin salida, pues, en nuestro caso, el ejercicio de la profesión es indispensable para dar seguridad jurídica en la sociedad organizada.
Sobre el desconocimiento de la profesión y su importancia
Por ser una profesión ligeramente nueva es desconocida por la sociedad en su justa medida, lo que se traduce en:
Competencia desleal por intervención de terceros no traductores públicos en la realización de funciones que le son propias a los traductores públicos.Competencia desleal por parte de los propios colegas ante la falta de una disposición reglamentaria clara y concreta que exija el cumplimiento legal de honorarios mínimos obligatorios que coloquen a los incumplidores en situación de sanción ética.Deficiente valoración de los honorarios profesionales por parte de los usuarios de los servicios profesionales por las razones antes expuestas.
No obstante, una vez más, es importante marcar cuáles son las diferencias entre los traductores públicos y cualquier otro improvisado en la traducción:
Perfecto dominio de, por lo menos, dos idiomas.Perfecto dominio de los diversos estilos discursivos de ambos idiomas.Conocimiento de dialectos.Conocimiento de culturas y costumbres.Perfecto dominio de los sistemas jurídicos contemporáneos.Experiencia en labor judicial como perito.
El traductor público es un profesional que debe actualizarse permanentemente, y esto tiene un costo que no puede ser soportado si no percibe un honorario digno. Pone todo su bagaje cultural y de formación profesional al servicio de la sociedad.
En todas las hipótesis, cada trabajo de traducción es un acto único, que se basta a sí mismo, que no solo abarca la tarea puntualmente encomendada y requiere la consideración del caso por parte del usuario de los servicios profesionales. Debemos tener en cuenta que el traductor público es un profesional que avanza letra a letra y palabra a palabra, en una conjunción de funciones cerebrales que implican aptitudes neurolingüísticas que no todos los seres humanos pueden desarrollar y aplicar.
En el mundo globalizado en que vivimos, el control de calidad, la eficiencia, la seguridad y la garantía de producto marcan el camino de este nuevo milenio. Estos conceptos se han arraigado con fuerza en la vida económica y social, donde el profuso intercambio de información y la mayor presión de trabajo y rendimiento han producido modificaciones en las esferas profesionales, al igual que en otras áreas. En este contexto, la profesión de traductor ha tenido que acompañar la evolución en todos los ámbitos.
El negocio de la traducción
Además de los traductores públicos, los traductores técnicos y literarios también son profesionales con un alto nivel de estudios y conciencia profesional, especialmente en Argentina, y se ven afectados por el desconocimiento de la profesión y la divulgación de teorías erróneas sobre el futuro de una profesión que exige el trabajo humano responsable.
Pero esto no es todo. Recientemente, esta revista publicó una nota sobre la empresa Duolingo que se dedica a la explotación de estudiantes. La empresa ofrece traducciones a sus clientes hechas de forma gratuita por estudiantes de traducción —con la premisa de enseñarles a estos a traducir— y su objetivo es obtener ganancias con mano de obra gratuita. Esto demuestra la concepción cultural de la traducción. ¿Quién pensaría en operarse con un estudiante de medicina solo porque no le cobra? ¿O defenderse con un estudiante de abogacía en un juicio? Nadie. Por esto, es necesario que la sociedad comprenda que la traducción, necesariamente, debe ser realizada por profesionales.
Queda claro que, en la actualidad, los profesionales de la traducción no solo debemos estar atentos a la divulgación de información errónea sobre nuestro arte, sino que, además, es nuestra obligación denunciar a todos aquellos que desean destruir y lucrar con una de las profesiones más viejas de la historia. Agradecemos a Ñ por darnos la posibilidad de hacernos escuchar.
Fuente: Revista Ñ
Enlace: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Traductores-el-futuro-de-una-profesion-que-exige-el-trabajo-humano-responsable_0_734326755.html
El traductor público es un profesional universitario según lo define exactamente la ley 12.997 de 28.XI.61 en su artículo 28. Ejerce una profesión liberal, siendo depositario de fe pública y su actividad es de naturaleza eminentemente intelectual. El ejercicio de su profesión abarca un vastísimo espectro en el marco del conocimiento, lo que presupone una constante puesta al día, en la medida en que se aplica incesantemente el ámbito de la ciencia y la técnica, exigiéndole una total pericia idiomática. Esto se debe a que el dominio de los idiomas en que actúa es necesario para el desempeño de su profesión (intermediario entre pueblos y culturas) y descansa sobre el traductor publico, sobre su responsabilidad y ética, una parte preponderante del correcto desarrollo de las relaciones con el extranjero, en todos sus aspectos: el jurídico, el cívico, el social, el cultural, el científico y el comercial. En el plano oficial, es preceptiva de nuestro país su intervención para el diligenciamiento de toda documentación proveniente del extranjero, que se presente ante los organismos del Estado para su tramitación así como toda documentación emanada de organismos uruguayos que deba presentarse oficialmente en el exterior.
No obstante, la realidad en que transcurre nuestra vida en los tiempos actuales nos exhibe constantemente una serie de cambios y también una complejidad de las cosas, mayor que en otras épocas. Esto es indudable.
La perentoriedad de los reclamos, de los servicios y de las soluciones nos hace parecer que las profesiones universitarias han disminuido en la consideración del colectivo social pues se duda de su eficacia, no poseen el prestigio del que gozaban décadas atrás y, por distintas causas, notorias y palpables, su gravitación sobre la comunidad se ha debilitado. Pero esta situación actual no es un callejón sin salida, pues, en nuestro caso, el ejercicio de la profesión es indispensable para dar seguridad jurídica en la sociedad organizada.
Sobre el desconocimiento de la profesión y su importancia
Por ser una profesión ligeramente nueva es desconocida por la sociedad en su justa medida, lo que se traduce en:
Competencia desleal por intervención de terceros no traductores públicos en la realización de funciones que le son propias a los traductores públicos.Competencia desleal por parte de los propios colegas ante la falta de una disposición reglamentaria clara y concreta que exija el cumplimiento legal de honorarios mínimos obligatorios que coloquen a los incumplidores en situación de sanción ética.Deficiente valoración de los honorarios profesionales por parte de los usuarios de los servicios profesionales por las razones antes expuestas.
No obstante, una vez más, es importante marcar cuáles son las diferencias entre los traductores públicos y cualquier otro improvisado en la traducción:
Perfecto dominio de, por lo menos, dos idiomas.Perfecto dominio de los diversos estilos discursivos de ambos idiomas.Conocimiento de dialectos.Conocimiento de culturas y costumbres.Perfecto dominio de los sistemas jurídicos contemporáneos.Experiencia en labor judicial como perito.
El traductor público es un profesional que debe actualizarse permanentemente, y esto tiene un costo que no puede ser soportado si no percibe un honorario digno. Pone todo su bagaje cultural y de formación profesional al servicio de la sociedad.
En todas las hipótesis, cada trabajo de traducción es un acto único, que se basta a sí mismo, que no solo abarca la tarea puntualmente encomendada y requiere la consideración del caso por parte del usuario de los servicios profesionales. Debemos tener en cuenta que el traductor público es un profesional que avanza letra a letra y palabra a palabra, en una conjunción de funciones cerebrales que implican aptitudes neurolingüísticas que no todos los seres humanos pueden desarrollar y aplicar.
En el mundo globalizado en que vivimos, el control de calidad, la eficiencia, la seguridad y la garantía de producto marcan el camino de este nuevo milenio. Estos conceptos se han arraigado con fuerza en la vida económica y social, donde el profuso intercambio de información y la mayor presión de trabajo y rendimiento han producido modificaciones en las esferas profesionales, al igual que en otras áreas. En este contexto, la profesión de traductor ha tenido que acompañar la evolución en todos los ámbitos.
El negocio de la traducción
Además de los traductores públicos, los traductores técnicos y literarios también son profesionales con un alto nivel de estudios y conciencia profesional, especialmente en Argentina, y se ven afectados por el desconocimiento de la profesión y la divulgación de teorías erróneas sobre el futuro de una profesión que exige el trabajo humano responsable.
Pero esto no es todo. Recientemente, esta revista publicó una nota sobre la empresa Duolingo que se dedica a la explotación de estudiantes. La empresa ofrece traducciones a sus clientes hechas de forma gratuita por estudiantes de traducción —con la premisa de enseñarles a estos a traducir— y su objetivo es obtener ganancias con mano de obra gratuita. Esto demuestra la concepción cultural de la traducción. ¿Quién pensaría en operarse con un estudiante de medicina solo porque no le cobra? ¿O defenderse con un estudiante de abogacía en un juicio? Nadie. Por esto, es necesario que la sociedad comprenda que la traducción, necesariamente, debe ser realizada por profesionales.
Queda claro que, en la actualidad, los profesionales de la traducción no solo debemos estar atentos a la divulgación de información errónea sobre nuestro arte, sino que, además, es nuestra obligación denunciar a todos aquellos que desean destruir y lucrar con una de las profesiones más viejas de la historia. Agradecemos a Ñ por darnos la posibilidad de hacernos escuchar.
Fuente: Revista Ñ
Enlace: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Traductores-el-futuro-de-una-profesion-que-exige-el-trabajo-humano-responsable_0_734326755.html
viernes, 6 de julio de 2012
Todos los días gallina, amarga la cocina
Todos los días gallina, amarga la cocina
Así como uno puede comer lo mismo todos los días y no morirse
de hambre, puede usar verbos comodines siempre que escriba y no caer en
la incorrección, en su sentido estricto. Por poder, se puede. Eso sí,
igual que llevar una dieta rica y variada mejora el estado de salud y el
aspecto físico, escribir con un lenguaje rico y preciso mejora el
impacto, la credibilidad y el estilo —que es, en definitiva, lo que nos
reúne aquí— de los textos.
Sin embargo, la urgencia y la inmediatez que caracterizan a la comunicación de los nuevos medios, y que siempre han estado presentes en el periodismo, fomentan que se recurra con mucha frecuencia a los verbos comodines o fáciles, como tener, haber, poner y hacer; su significado es tan genérico que pueden incluirse casi en cualquier construcción, pero restan precisión y color y pueden llevar a equívocos.
Para no abusar de estos verbos «descolocados», es recomendable —que no obligatorio— acudir a las colocaciones, que son combinaciones frecuentes de palabras más o menos fijadas por su uso repetido.
Las siguientes tablas recogen algunos ejemplos de construcciones que se lavan la cara al sustituir verbos comodines por verbos más precisos y «colocados».
Tener
Haber
Poner
Hacer
No obstante, hay que tener en cuenta que estas colocaciones están consagradas pero no son sagradas; es decir, si bien enriquecen más un texto que los verbos comodines, su abuso o su imposición las convierte en tópicos que empobrecen el estilo y limitan la creatividad. En fin, tratemos de no amargar la cocina.
Sin embargo, la urgencia y la inmediatez que caracterizan a la comunicación de los nuevos medios, y que siempre han estado presentes en el periodismo, fomentan que se recurra con mucha frecuencia a los verbos comodines o fáciles, como tener, haber, poner y hacer; su significado es tan genérico que pueden incluirse casi en cualquier construcción, pero restan precisión y color y pueden llevar a equívocos.
Para no abusar de estos verbos «descolocados», es recomendable —que no obligatorio— acudir a las colocaciones, que son combinaciones frecuentes de palabras más o menos fijadas por su uso repetido.
Las siguientes tablas recogen algunos ejemplos de construcciones que se lavan la cara al sustituir verbos comodines por verbos más precisos y «colocados».
Tener
Expresión con tener | Expresión más precisa |
tener en su poder | obrar en su poder |
tener una sensación | experimentar una sensación |
tener buena salud | gozar de buena salud |
tener más interés | cobrar interés |
tener una actividad | desarrollar una actividad |
tener un cargo | desempeñar un cargo |
tener la esperanza | albergar o concebir la esperanza |
tener síntomas | presentar síntomas |
tener una ideología | profesar una ideología |
tener una postura | adoptar una postura |
tener efecto | surtir efecto |
tener una enfermedad | padecer una enfermedad |
tener una meta | marcarse una meta |
tener recursos | disponer de recursos |
tener el mando | ejercer/ostentar el mando |
tener un peligro/una dificultad | entrañar un peligro/una dificultad |
tener un error | cometer un error/Incurrir en un error |
tener gravedad | revestir gravedad |
tener compromisos/obligaciones | contraer compromisos/obligaciones |
tener cualidades | atesorar cualidades |
Haber
Expresión con haber | Expresión más precisa |
haber silencio | reinar el silencio |
haber muchas críticas | llover críticas |
haber un temporal | arreciar/azotar un temporal |
haber una inquietud | latir una inquietud |
haber un cambio | experimentar un cambio |
haber peligros | acechar peligros |
haber una batalla | librarse una batalla |
haber dudas/sospechas | suscitarse dudas/sospechas |
haber rumores | correr rumores |
Poner
Expresión con poner | Expresión más precisa |
Ponerse de rodillas | hincar las rodillas |
Ponerse el sombrero | calarse el sombrero |
Poner un centinela | apostar un centinela |
Poner normas | establecer normas |
Poner una placa | dedicar una placa |
Poner un sello | estampar un sello |
Poner atención | prestar atención |
Poner una emisora | sintonizar una emisora |
Poner confusión | sembrar confusión |
Poner un negocio | montar un negocio |
Poner la lumbre | encender la lumbre |
Poner un monumento | levantar/erigir un monumento |
Poner la mirada en algo/alguien | fijar la mirada en algo/alguien |
Hacer
Expresión con hacer | expresión más precisa |
Hacer maravillas | obrar maravillas |
Hacer un poema/una canción | componer un poema/una canción |
Hacer amistades/negociaciones | entablar amistades/negociaciones |
Hacer preguntas | formular preguntas |
Hacer estragos | causar estragos |
Hacer muchos favores/elogios | prodigarse en favores/elogios |
Hacer un viaje | emprender un viaje |
Hacer un túnel | perforar un túnel |
Hacer un trayecto | recorrer un trayecto |
No obstante, hay que tener en cuenta que estas colocaciones están consagradas pero no son sagradas; es decir, si bien enriquecen más un texto que los verbos comodines, su abuso o su imposición las convierte en tópicos que empobrecen el estilo y limitan la creatividad. En fin, tratemos de no amargar la cocina.
REFERENCIAS
Si te gustó este artículo, quizá te interese también Tres verbos asesinos y el Diccionario de colocaciones del español.SOBRE EL AUTOR/A
Sara Hernández Pozuelo es una traductora especializada en los ámbitos audiovisual, literario, jurídico, económico y publicitario. Ama la lengua y la cultura, y su curiosidad no parece tener fin. Puedes seguirla en Twitter, curiosear en su weblog y añadirla a tus contactos de LinkedIn.Fuente: Manual de estilo para nuevos medios de Fundéu
Enlace: http://www.manualdeestilo.com/lexico/todos-los-dias-gallina-amarga-la-cocina/?goback=.gde_3686591_member_131338820
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