viernes, 15 de marzo de 2013

Estimado Sr. Cliente Directo



Otra vez, la inspiración tocó a mi puerta. Esta vez, vamos a conversar un poco sobre la difícil tarea de hacerse de clientes directos. Digo conversar porque espero ver alguna que otra opinión de ustedes, trabajadores autónomos, sobre estas cuestiones que, imagino yo, deben ocupar una gran parte de su tiempo.

«Estimado Sr. Cliente Directo» (y podemos reemplazarlo con el nombre que sea), ¡ay!, ¿qué puedo decirle? Me tiembla la mano. Quiero comentarle sobre todas las cosas que se está perdiendo por no contratar mis servicios. ¿Sabía usted que puedo ayudarle a contactarse con un número enorme de clientes, proveedores, contactos y colegas a lo largo y ancho del mundo? ¿Que gracias a mi trabajo usted podría dormir tranquilo aún sin saber el idioma que habla Fulanito, con quien usted quiere llegar a un acuerdo comercial? ¿Que si tradujera su página a X idioma atraería muchos más interesados en su producto, obra, causa, etc.? Claro, entiendo que siempre hay un Juanito de los Palotes que sabe ese idioma y que, según su opinión, puede hacer mi trabajo perfectamente. Ejemplos de estas «perfectas» traducciones se ven todos los días, para horror de los que realmente dedicamos vida y obra a mejorar nuestro trabajo.

Ahora bien, ¿cuántas veces te has sentido paralizado porque no sabes cómo enfrentarte al cliente? Mientras le explicas qué haces y en qué podrías ayudarlo, sientes que te vas haciendo cada vez más pequeño, como si esta persona te pusiera una piedra en la cabeza que hace que te vayas venciendo por su peso. En lo personal, me encantaría tener la fórmula mágica que me asegure que todas y cada una de las personas a las que contacto ofreciéndoles mis servicios me va a responder y, aún mejor, va a contactarme para pedir un presupuesto a la larga o a la corta. Pero no. He seguido todos los consejos que me han dado alguna vez (y sigo buscando), pero, aún así, llego a la conclusión de que, en realidad, no existe esa fórmula maravillosa que te va a asegurar el éxito. Quizás todo se resuma a un poco de suerte más saber qué decir en el momento y lugar correctos. Muchas veces, obtuve buenos resultados de las maneras más insólitas y hasta me han contactado clientes mediante las redes sociales, a pesar de su mala fama.

Sería buenísimo saber exactamente qué es lo que el cliente espera oír, o leer, en este caso. Sí que lo sería. Tendríamos un gran camino hecho, una gran ventaja. Y nos ahorraríamos la desazón de no recibir ni siquiera un mensaje de vuelta con un «Gracias por su correo. La/lo tendremos en cuenta», después de invertir media hora escribiendo o explicando qué hacemos. Pero la clave quizás no sea tener todo resuelto desde el comienzo. A veces, se aprende más intentando. Siempre se aprende más intentando, en realidad. Tal vez, el éxito sí esté en probar diferentes maneras de acercarse a aquel cliente que tanto anhelamos, en evaluar cuáles son los medios más apropiados para conseguir contactos pero desde nuestra experiencia y según nuestra personalidad. Nadie tiene la última palabra. Conozco colegas a quienes tal manera de presentarse les da muchísimo resultado y, a su vez, otros ni siquiera se atreverían a contactar a alguien de esa manera. ¿Qué nos dice eso? Que sobre gustos, no hay nada escrito. Y sobre cómo conseguir clientes, quizás, tampoco.

A no desanimarse. Por lo general, el próximo cliente está a la vuelta de la esquina, o detrás de otro colega nuestro, o viene luego de una conversación amistosa con un desconocido. Cada vez me convenzo más de que no hay un modelo a seguir… el éxito, al fin y al cabo, se hace con paciencia, perseverancia y, sobre todo, con convicción de que lo que hacemos vale la pena.



Aldana Michelino

20 comentarios:

  1. Así es, colega. Finalmente, los trabajos te encuentran a vos, los colegas te recomiendan y el éxito te llega. Sólo hay que preocuparse por ser bueno en lo que uno hace, por brindar un servicio que sea único en su tipo y especialidad. Lo demás llega por añadidura. :)

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  2. Gracias, querido/a colega desconocido/a. Todo esfuerzo vale la pena. Muchos saludos.

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  3. Estoy en un todo de acuerdo con tu último párrafo, y sobre todo, con la idea de intentar, porque aunque el intento no dé el resultado esperado, siempre de él se aprende algo. Y ese aprendizaje se aprovecha para los intentos posteriores, y así... Saludos!

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  4. Seguro que sí, Gera. Gracias por leer y comentar. ¡Saludos!

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  5. Es verdad, no nos queda otra, hay que seguir intentando. Excelente artículo. ¡Saludos!

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    1. Gracias por tomarte el tiempo para leer y comentar, Sabrina. ¡Saludos!

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  6. Muy, muy buen artículo, Aldana. Digno de una traductora joven y emprendedora como vos. Coincido con Gerardo: siempre se aprende de los intentos que no dan resultado. Y todo llega... todo llega. ¡Saludos!

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  7. ¡Excelente artículo, Aldana! Estoy totalmente de acuerdo con lo que decís en cada uno de tus párrafos. Es verdad que no existe ESA fórmula mágica porque, así como no hay UNA fórmula mágica, no hay UNA persona que sea igual a la otra. ¿Acaso no somos únicos e irrepetibles? No nos olvidemos de que prestamos servicios a personas, no a máquinas.

    ¡Saludos!

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    1. Gracias a Dios, somos únicos y irrepetibles. Lo principal es aprender a conocerse y seguir nuestras propias señales. Gracias por comentar. ¡Saludos!

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  8. ¡Excelente artículo, Aldana!

    Cariños,

    Eli

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  9. ¡Muy cierto!

    Me encanta saber que no estamos solos en la difícil tarea de hacer valer nuestra profesión, y que, por más que nos cueste algún cliente de vez en cuanto, lo vale, porque al cliente que no valora nuestro trabajo es mejor perderlo que encontrarlo.

    Saludos,

    Paula

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Paula. Me alegro de que te haya gustado.

      ¡Saludos!

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  10. ¡Muy buen artículo, Aldana! ¡Ojalá la inspiración te encuentre seguido! ;)

    Es como vos bien decís, a cada uno le funciona algo diferente...Prueba y error. Lo importante es animarse a seguir probando hasta dar con lo que nos sirve.

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    1. Gracias, Marian. Me alegro de que te haya gustado. :) Y es tal cual como vos decís. ¡Saludos!

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  11. Aldana, parece que has tocado un tema muy interesante. Ya veo que has recibido un montón de comentarios de muchos colegas que han experimentado lo mismo. Estoy segura que esto nos pasa a todos. Los traductores intentamos encontrar a ese cliente directo que nos mande documentos cada día (o al menos cada día) para que podamos estar tranquilos en nuestra casita trabajando. E intentamos, y seguimos intentándolo... Pero os tengo que decir que mis clientes directos no son los que yo había contactado, sino al revés !
    A ver ahora, por qué ese cliente directo sigue sin aparecer ?
    Hace más de unos meses encontré en internet las discusiones de unos profesionales que hablaban sobre este tema. Ponían también unos motivos por los cuales los clientes directos no nos contestan:

    1.No les interesa recibir ofertas de servicios que uno ofrece - si los necesita, simplemente los busca.
    2.Les molesta que reciban ofertas no solicitadas. Opinan que los datos de contacto que aparecen en su sitio web pueden ser utilizados solamente por clientes, no por personas que ofrecen servicios.
    3.Ya tiene colaboradores en el área de servicios que nosotros ofrecemos.
    4.Colabora con una agencia de traducciones (como siempre pasa) que tiene 20-30 traductores colaboradores para cada idioma. Por eso al cliente no le interesa trabajar con 20 traductores por ejemplo, y darle guerra a su secretaria. Quiere trabajar con una empresa que tenga una persona (o 2) que se encargue de todo.
    5.Nuestro correo electrónico con ofertas llega a manos de una secretaria que hoy está muy nerviosa porque su jefe acaba de reducirle el sueldo. Por supuesto que a ella no le interesa que la empresa de su jefe funcione bien. Adivináis lo que hace con nuestro email ? “BORRAR” …
    6.El cliente recibe nuestro email, lo lee y lo guarda para proyectos eventuales.

    Claro, no todos hacen lo mismo, pero la mayoría de ellos, sí.

    Saludos !

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    1. Querida Elena:

      Es por eso que digo que, al fin y al cabo, todo es cuestión, quizás, de un poco de suerte. A mí también me ha pasado que me termina contactando alguien a quien yo no tenía registrado. Muchas gracias por tu comentario, tenés mucha razón en algunas cosas que comentás.

      ¡Saludos!

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  12. Hola:
    Con independencia del resultado, siempre es bueno tratar de causar la mejor impresión en el primer contacto. Para eso, antes de contactar a un cliente potencial, lo mejor es adquirir el mayor conocimiento posible sobre lo que hace ese cliente, en qué mercado se desenvuelve, cómo desarrolla su negocio. Luego, una buena idea es elaborar un folleto que resuma lo que tú puedes hacer para ayudar a ese cliente potencial a lograr sus objetivos. Mientras más específico sea el folleto, mejor. Es decir, si eres capaz de demostrar en pocas palabras cómo encajan tus servicios en el "engranaje" de tu potencial cliente, es mucho más probable que recibas una respuesta. Al cliente le gustará ver que demuestras conocimiento sobre su negocio o sus planes (siempre y cuando no se trate de información confidencial, ya que podrías meterte en un buen lío). Lo importante es dejar a ese cliente potencial enganchado y con ganas de conocer más sobre ti. Si sientes que no tienes idea de quién es tu potencial cliente, o si no sabes exactamente qué comunicarle, más allá de hablarle sobre ti, mejor ni te tomes la molestia.

    Saludos,
    Un cliente potencial

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    1. Hola, cliente potencial:

      Muchísimas gracias por tu aporte. Creo que tenés mucha razón en lo que decís. Si bien es cierto que muchas veces no es posible encontrar toda la información que nos gustaría, un simple llamado a la empresa nos puede quitar muchas dudas. La cuestión es hacerlo con profesionalismo para no dar la impresión de que estamos investigando a esta persona más de la cuenta, tal como decís. Saber exactamente a quién escribirle y qué ofrecerle puede acortarnos mucho el camino hacia el nuevo cliente.
      Te vuelvo a agradecer por tomarte la molestia de comentar y de compartir tus ideas.

      ¡Saludos!

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